Familia de colonos salvó milagrosamente de ser aplastada por el aluvión que estuvo a punto de destruir la vivienda.
Puerto Montt, 09 de Puerto Montt.- Hoy comenzaron los trabajos con maquinaria pesada para despejar la casa y bodega de la familia Dietz Ascencio, quienes estuvieron a punto de ser aplastados raíz de un aluvión de barro y árboles.
La avalancha se desplazó desde un cerro aledaño y casi destruye la vivienda en el sector de Lago Chapo ubicado a 45 kilómetros de Puerto Montt. El incidente ocurrió el lunes 2 durante el temporal que afectó la zona y en el que se registraron, en casi dos días, más de 100 milímetros de lluvia.
El municipio – debido a lo apartado del sector – sólo hoy pudo enviar una retroexcavadora para retirar el lodo que dejó la casa semienterrada. El personal del municipio accedió al terreno cruzando un caudaloso río mediante una precaria pasarela de madera.
En tanto, la pala mecánica tuvo que vadear el curso de agua, de más de 40 metros de ancho, para llegar hasta el lugar ubicado cerca del volcán Calbuco.
El alcalde de Puerto Montt, Gervoy Paredes, encabezó el grupo del municipio que comenzó las faenas.
“Estamos en el sector de Lago Chapo en donde estamos haciendo un trabajo heroico con los funcionarios municipales, que incluyó el cruce por el río de una retroexcavadora y los funcionarios por una pasarela. Llegamos para poder dar solución a los vecinos que están aislados y que fueron afectados por un aluvión que prácticamente llegó a la puerta de sus casas. También nos estamos preparando para lo que viene esta semana, ya que nuestra zona será nuevamente afectada por un frente de mal tiempo”.
“Tenemos nuestros protocolos de emergencia activados y en contacto permanente con las entidades del Ministerio del Interior y la ONEMI”, recalcó la autoridad.
Silvia Ascencio, vecina cuya vivienda fue afectada por el aluvión, sostuvo que su familia se salvó prácticamente por milagro ya que, en un primer momento, pensaron que el ruido que escuchaban pertenecía a la actividad del Volcán Calbuco y no a la avalancha, de agua y barro, que escurría cerro abajo.
“Sufrimos el aluvión como a las 14.00 horas. Sentimos un enorme ruido pero pensamos que era el Volcán Calbuco. Me paré en la puerta y seguía el estruendo. Mi marido fue a ver y nos gritó que era el cerro que se nos venía encime. Tomé a mi niñito, que tiene Síndrome de Down, y salimos corriendo. No podíamos cruzar el río porque había crecido por la lluvia. Nos sacó el GOPE como a las 18.00 horas”.